martes, 26 de mayo de 2009

Un discapacitado muy capacitado

Una tarde calurosa, acompañada de una leve brisa que corría por los exteriores de la Universidad de las Américas (UDLA), era el entorno que presentaba el viernes 22 de mayo. En sus afueras, una caseta color cielo, un tanto alejada del bullicio y la aglomeración universitaria, cobijaba al joven Alex Enríquez, vendedor ambulante de 26 años, quien sentado en una silla de ruedas, esperaba sigilosamente la visita de algún cliente que solicitara unos de sus productos.
De repente, llega uno. Le solicita un cigarro y una botella de agua. Alex, de manera temblante y con la ayuda del propio cliente, complace al usuario y le da las gracias por su compra. El joven buhonero, es parte del 13,2 % de ecuatorianos que sufre algún tipo de discapacidad, pues a casusa de haber nacido prematuro, padece de síndrome de Down.
De lunes a viernes, a partir de las 09h30 am hasta las 22h00 pm, el joven vendedor pone a disposición la venta de chicles, caramelos y demás. Alex, con la ayuda de uno de sus hermanos, salé cada mañana con la misión de cumplir su sueño. Juntar la cantidad de dinero suficiente que le permita realizarse una operación en otro país, pues su anhelo principal, es poder caminar.
Según el Consejo Nacional de Discapacitados (CONADIS), entidad encargada de velar por el bienestar de las personas que sufren alguna incapacidad, el 6% de hogares ecuatorianos tiene al menos una persona con discapacidad, lo cual comprendería alrededor de 184.336 familias. De estas, el 8% serían rurales mientras que el 5% serían urbanas.
Repentinamente, llegan sus padres, Fabián Enríquez y Yolanda Reino. El primero, deja ver en su rostro la sorpresa de encontrar a su hijo dando declaraciones como si fuera una estrella de cine o un jugador de futbol famoso. Mientras que su madre, solo se limita a escuchar las declaraciones de su vástago.
“Más que un vendedor quiero ser un amigo de los universitarios”, expresa. Al preguntarle si alguna vez fue víctima de algún tipo de discrimen por sufrir esta enfermedad, respondió que jamás se ha sentido excluido, puesto que para él, el haber nacido con esta discapacidad no ha sido impedimento para cumplir sus metas. “Yo he hecho lo que he querido. Cuando uno se traza un objetivo, si se puede”, enfatiza.
Sin embargo, el joven soñador tuvo el rechazo de algunas instituciones educativas de la capital. Al tratar de ingresar a la primaria, varias escuelas le negaron el acceso, argumentando que se trataba de una persona “diferente al resto”. “Me dijeron que no, porque era un chico especial, que no era igual al resto ya que no podía movilizarme o ir al baño por mí solo”, afirma. Por esta razón, sus estudios los realizó en la costa, lugar en donde llegó hasta el tercer año de colegio, sin ningún impedimento.
En la actualidad, la Constitución de la República, en su artículo 47, referente a las personas con discapacidad, estipula lo siguiente: “El estado garantizará políticas de prevención de las discapacidades y, de manera conjunta con la sociedad y la familia, procurará la equiparación de oportunidades para las personas con discapacidad y su integración social”.
Además de ello, en el numeral cinco del mismo artículo, señala que: “el trabajo en condiciones de igualdad de oportunidades, que fomenten sus capacidades y potencialidades, a través de políticas que permitan su incorporación en entidades públicas y privadas”.
A pesar de ello, según el programa Empleo sin Barreras, de la Vicepresidencia de la República, solo el 18.3% de los 887.000 discapacitados que se encuentran en edad productiva, cuentan con un trabajo; la mayoría en el sector informal. El resto, es decir el 56%, está en la desocupación. Como consecuencia, la mitad de las personas con discapacidad viven en situación de pobreza.
“Somos una familia especial. Toda la vida ha sido una satisfacción tener un hijo así”, exterioriza su padre, quien además, dice sentirse orgulloso por la fortaleza de su hijo. Por otro lado, su madre, de manera un tanto recelosa, solicita la ayuda a estudiantes y autoridades de la vecina universidad, con la finalidad de que puedan colaborar para cumplir el sueño de su hijo.
El crepúsculo llegó, la tarde calurosa se transforma en ráfagas de viento que recorren los alrededores de la casona universitaria. Alex, por su parte, continúa sentado, con la única diferencia de que su fe se ha incrementado, pues resalta la importancia de que estudiantes y autoridades de la UDLA, puedan conocer su realidad y apoyarlo en la conquista de su quimera. “Ayúdenme a cumplir mi sueño. No importa las circunstancias o como esté uno, lo importante es tener fe, convicción y lograrlo que si se puede”, concluye.

1 comentario:

  1. FERNANDO LUGO: FALSO MORALISTA Y FALSO IZQUIERDISTA

    La falsedad de Fernando Lugo no sólo se manifiesta en el plano moral, también en el ético, político y personal.

    Todo en él fue desde el inicio una estafa, empezando por su discurso moralista que ahora le juega en contra, al descubrirse que era apenas un corruptor de menores y pervertido que no tenía nada que envidiar al desaparecido dictador Alfredo Stroessner.

    Fue un gran traidor a la fe católica, de la que se valió para disfrazarse de apóstol del cambio y la ética, para luego apuñalarla por la espalda. Si a la más grande y antigua institución sobre el mundo, la iglesia católica apostólica romana, fue capaz de defraudar, ¿qué lealtad podemos esperar los paraguayos para nuestras instituciones y nuestro país de un personaje semejante?

    También se aprovechó de la Teología de la Liberación, para mentir sobre los motivos de su alejamiento obligado de la iglesia, que tenían mucho más que ver con su inconducta y promiscuidad que con motivos filosóficos.

    Fue una gran estafa a la fe pública, de la cual se aprovechó para escalar con una enorme carga de culpas a cuestas.

    Fue una gran estafa a la buena fe de la izquierda latinoamericana, que lo arropó con generosidad para recibir sólo traiciones de él.

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