lunes, 11 de enero de 2010

Tres hospitales de Cuenca también fomentan los trasplantes de órganos

La donación de órganos es el gesto más solidario de una persona y en los últimos años, los hospitales de Cuenca también lo asumieron con mayor compromiso.

Las campañas elevaron el interés de los azuayos de convertirse en donantes. Darwin Castro, de 16 años, no conoce quién le dio una de las dos córneas que necesitó para recuperar su visión.

Su madre, Nieves Reyes (35), evocó que una tarde de octubre pasado recibió una llamada telefónica anónima que le dijo “ya tiene una córnea para su hijo”.

No tuve palabras para agradecerle. “Con esa familia estoy en deuda porque el donante le devolvió a mi hijo la vista. En mis oraciones siempre estarán presentes”, confesó aún impresionada. A los 11 años un oftalmólogo detectó que Castro padecía de queratocono.

Es una enfermedad ocular progresiva que provoca el adelgazamiento de la córnea, de los tejidos que están por delante del iris y de la pupila. Al parecer, la afección inició a los cinco años de edad, pero su madre lo supo cuando él tenía 11, cuando reprobó el sexto grado.

Ella recordó que un compañero de su hijo le alertó que Castro no veía bien y que le ayudaba copiando los deberes del pizarrón. El niño repitió el sexto grado y cuando pasó a noveno de básica sus compañeros se burlaban y abandonó el colegio.

El sufrimiento se extendió a toda la familia. Reyes visitó varios oftalmólogos que le confirmaron que la única solución era el trasplante de córneas. En los consultorios particulares esa cirugía costaba USD 4 000 porque debían importar los órganos de un banco de córneas de Estados Unidos.

Castro proviene de una familia humilde y sus padres no estaban en posibilidades de cubrir ese monto. Por eso, los médicos le recomendaron que buscara ayuda en el Hospital Vicente Corral Moscoso de Cuenca. Por esos días (mayo pasado) se implementaba el Banco de Ojos.

En julio, poco a poco uno de los ojos de Castro se cubrió con una carnosidad y se quedó sin visión. Reyes recordó su angustia cuando los médicos le anotaron en la lista de espera para el trasplante y le explicaron que podía aparecer el donante en días o en años.

A mediados de 2009, el Ministerio de Salud Pública inició la implementación y equipamiento del Banco de Ojos con una inversión de USD 52 930. Hoy un pequeño cuarto dispone de microscopio especular, lámpara de hendidura, refrigerador, centrifugado. También de los especialistas.

En los últimos seis meses se han conseguido cuatro donantes y se realizaron ocho trasplantes. El director de ese banco, Danilo Encalada, señaló que los beneficiarios han mejorado sus vidas y, al igual que Castro, esperan conseguir la segunda córnea (se trasplanta una por paciente).

Todos los pacientes siguen en tratamiento. Nieves Reyes contó que el trasplante fue gratuito, pero los medicamentos son costosos y los adquiere la misma familia.

Las autoridades del Hospital han realizado varias campañas de carnetización para donantes voluntarios de órganos. Encalada y José Medina, del programa de Trasplante de Riñón del hospital José Carrasco Arteaga (IESS), de Cuenca, coincidieron en que la búsqueda de órganos es difícil.

Los programas de ambos hospitales son parte del trabajo desarrollado por el Organismo Nacional de Trasplante de Órganos y Tejidos del Ministerio de Salud. Se puede donar córneas, hígado, tejido óseo, pulmones, tejido de piel, riñones, corazón…

En el caso de córneas la obtención es menos complicada porque no se requiere de paciente con muerte cerebral o cadavérico, como ocurre con el resto de órganos. Se las puede extraer hasta cuatro horas después de que la persona fallece y la cirugía para el trasplante demora 90 minutos.


Entre tanto, lacuencana Graciela Carchi, de 41 años, fue el tercer caso de trasplante de hígado realizado en el Hospital Metropolitano, de Quito. Pero ella falleció hoy, a las 05:30, producto de una asistolia (paro cardiaco). Según el médico Franz Serpa, “su corazón no resistió la fuerza de funcionamiento del nuevo hígado”.

Fuente: Diario El Comercio
Análisis:
¡Un ejemplo digno de admirar! Así los catalogo a quienes tienen la valentía, pero sobre todo la solidaridad de donar sus órganos para ayudar a otras personas. Es inevitable conmoverse con acciones como estas, las cuales hacen pensar que el mundo aún puede cambiar para bien y que no todo es malo en él. ¡Felicitaciones y gracias!

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